sábado, 24 de octubre de 2009

Queridísimos verdugos





Tres verdugos conversando sobre su trabajo. Nada diferente a lo que hacemos todos cuando nos juntamos con compañeros de profesión. Estos, sin embargo, hablan de muertos, de manivelas, de lágrimas, de cuellos...


Es un documento escalofriante grabado clandestinamente en 1971. Un alegato en contra de la pena de muerte que iguala la miseria de los condenados a la de los ejecutores. Hombres tristes y borrachos y con ojos de pedir disculpas.


En el documental se reúnen tres de los últimos verdugos de España y repasan cómo fueron las ejecuciones de los criminales más famosos a los que ajusticiaron. Antonio, (el de la derecha) fue el encargado de ejecutar a "Jarabo", un psicópata que asesinó a cuatro personas. Jarabo tenía el cuello bastante más ancho que el de las botellas que Antonio se había bebido para pasar el trance menos consciente. Tardó casi media hora en dejar de sufrir. Al verdugo no le quedaban fuerzas para seguir apretando la manivela.


"Monchito" era infantil y retrasado. Entró a robar a una casa y mató a una mujer y a su hija. Con el dinero compró un vestido de boda para su novia. Era más bajito de lo que sospechaba Antonio, así que el verdugo le dijo que se levantara de la silla porque tenía que ajustar el artilugio. Monchito le dijo que no se preocupara. Cogió una manta, hizo una bola con ella y se sentó encima. Su cuello ajustó mucho mejor.


Con "La Envenedadora de Valencia", Antonio se negó a ajusticiarla porque era una mujer. Al final, y como en la peli "El Verdugo", tuvieron que emborracharlo y llevarlo entre varios hombres para obligarle a cumplir con su deber. En sus últimas ejecuciones Antonio era muy consciente de su debilidad y cobardía y pedía ayuda a su paisano Vicente López Copete (el de la izquierda), que bebía menos y era más resuelto. Por cierto, me he metido el la hermeroteca online del ABC, que es el único periódico actual que se editaba en la época, y he encontrado un interesante documento que habla de que Vicente fue expedientado por abusos sexuales a menores. Se confirma: quién mejor para ejecutar a un desgraciado que otro desgraciado.


El documental también recoge el testimonio de familiares de víctimas de los crímenes e incluso el de unos padres que están angustiados esperando el indulto de última hora de Franco.

Bernardo López Bascuñana (el del centro) decía que envidiaba a los ajusticiados porque "por fin abandonaban este valle de lágrimas". Decía que era respetado por sus vecinos, tanto que se cuenta que cuando iba a la tienda a comprar comida debía señalarla con una vara. No le dejaban tocarla. En esta secuencia de la peli, Bernardo (con sombrero y gafas de sol) acude a un pueblo de Granada a conocer de primera manos el crimen del reo al que va a ejecutar.
Es impresionante este acercamiento a cómo era la España profuna de los años 60. Creo que no lo había visto reflejado así en niguna peli.



6 comentarios:

Música dijo...

Bernardo va a un pueblo de Granada para saber del crimen del ajusticiado...que cosas
Me ha gustado de la canción lo del sordo que no se enteró de nada

ulises dijo...

En la uni me mandaron leer el libro "De los delitos y las penas" de Cesare Beccaria en la que se ven las torturas a lo largo de la historia.
Este autor era partidario de la abolición de la pena de muerte y sus obras iban encaminadas a ello.

Unknown dijo...

Siempre que veo este tipo de imágenes pienso, ¡qué lejos queda este tiempo!. Y no, como quien dice, paso anteayer.

La canción es total.

chuikov dijo...

musica, loco, la canción es total. he leido en wikipedia sobre el crimen. los viejitos no iban a dejar herederos y el tipo les dijo que o firmaban la cesión de la terras o los mataba. la viejita le dijo que se lo vendían pero no se lo regalaban.
ulises, suena interesante ese libro. sobre torturas no he leido nada

Pecosa dijo...

Normal que se pusieran ciegos de alcohol, ese trabajo debía dejar el coco hecho polvo.

Mery Fence dijo...

Interesantísimo y dantesco al mismo tiempo.