miércoles, 10 de diciembre de 2008

All the world is green

La gente cuando de marea se suele poner o blanca o amarilla. Yo me pongo verde. Esta tarde en esa camilla parecía el cuñado de Shrek. Pero verde de verdad, no es coña.
Para algunas cosas soy valiente o más bien lanzado. Para las inyecciones soy un cobarde. Esta tarde fui a la farmacia de la mierda de pueblo donde vivo a que me dieran clamoxyl para mi dolor de garganta. "Sin receta no te lo puedo dar". Me fui a la mierda de pueblo de al lado. "Sin receta no te lo puedo dar" "Pues en Granada me dan antibióticos sin receta" "Pues en Granada lo hacen mal".
Total me fui al centro de salud para que me recetaran la medicina. La doctora me dijo que las placas que tenía se me iban a salir del cuello y que había pus para llenar la piscina municipal. Que el antibiótico no iba a ser suficiente. Me iban a pinchar dos inyecciones de penicilina. "Duele un poquito, ehhh"
¿Para qué me dijo eso? Mi mente empezó a repasar como en diapositivas las decenas de veces que he terminado con las piernas arriba tras las inyecciones. Una vez me mareé en el veterinario. Otra haciendo un reportaje en un quirófano. Dos médicos estaban con la paciente y yo tumbado en una esquina con otro cuidándome.
Total, que después de decirme por segunda vez que me iba a doler me metieron en otra sala. Allí apareció un joven y agradable médico que me dijo: "Te va a doler un poquito". "Oye, en un minuto me habéis dicho 3 veces que me va a doler un poquitooo. Eso es que me va a doler un montón". "Nooo, hombre, que no es para tanto".
La primera inyección no dolía, pero la segunda fue mortal. Un autentico estacazo. Tras ponerla no había pasado ni un minuto cuando ya estaba con los pies arriba y la tensión por los suelos. La doctora, de la edad de mi madre, quiso suplantarla. Me cogió la manita y con la otra me acariciaba el pelo. Estuve a punto de darle un beso. Cuando se enteraron que debía volver a casa en coche no me dejaron irme hasta un rato después.
Creo que mañana voy a sentir el culo como el de la foto del experimento tras una noche de fiesta. En todo caso mi mundo ha vuelto a recuperar todos los colores, esta tarde todo el mundo era verde.

5 comentarios:

Habitante dijo...

Buenísimo tu post. Sobre todo lo del beso...jajajaja. Recuerdo cuando una vez mamá se hizo una raja con un cuchillo, creo, en el dedo. Como mamá es muy exagerada empezó a salir sangre por todos lados en el lavabo. Yo me acerqué y le acariciaba la espalda mientras se echaba agua. Tú llegaste, entraste por la puerta al oir lo que pasaba, te acercaste al lavabo y fue cuestión de un segundo cuando te diste la vuelta y te piraste hasta tu cuarto. Fui a verte y estabas blanco, o quizás estabas verde...jajajjaja

Mery Fence dijo...

Pero vamos a ver, ¿no sois los hombres los súper-machos que nos debéis proteger de todos los peligros habidos y por haber?

chuikov dijo...

�Pero no dices que te gustan los nerd? Un nerd no es el prototipo de supermacho... ni yo tampoco. En todo caso el a�o pasado atend� yo solo a un ciclista que se hab�a abierto la cabeza en la carretera y no me mare�. me port� como un campe�n.
habitante, menos mal que puedes confirmar al resto de lectores que no me invento mis flaquezas

Pecosa dijo...

Tu no necesitas a nadie que te ponga verde, tú mismo te bastas y te sobras... Qué bien te sientan las placas de pus, Chuikov: los tres primeros párrafos me han partido en dos de la risa.

En cuanto a lo de los hombres cuando están enfermos, casi todas las mujeres coincidimos en que, en general, sois unos enclenques. De todas formas, a mi me encanta (aunque al final canse escuchar "creo que me voy a morir" durante todo el proceso gripal). Si os dejáis cuidar y no dais mucho por culito sois una monada.

Mery Fence dijo...

vale, me has pillado. jaja