miércoles, 15 de octubre de 2008

Conclusión de la historia de la alterable C

Madrugada del sábado al domingo. Se acaba el fin de semana en la casa rural. Todos hemos bebido y a las 3 de la madrugada estamos en un dormitorio echando unas risas, incluido semana fantástica que fue testigo del suceso. En un momento de debilidad decido dormirme. No sé si pasaron 5 o 10 minutos. El hecho es que yo estaba ya disfrutando del primer sueño. Entonces sentí un cuerpo que se posaba a horcajadas sobre mí y comenzaba a hacerme cosquillas compulsivamente por los costados. No sé muy bien cuál era la intención. Si quería que le diera un rascabinazo, debía haberlo intentado antes y de otra manera. Pero C volvió a fallar en los métodos. Total, que me despierto un poco malhumorado. No me gustan las cosquillas (soy más de caricias) y menos si las usan para despertarme, y menos si me las hace quien no quiero que me las haga. Total que le cojo de las muñecas y suelto un bufido de desaprovación del tipo: ¡joder, C, estate quieta coño! o algo así. Nada más acabar la frase noté un bofetón peliculero en mi cara. De los que suenan y dejan la cara roja. La cosa iba en serio. Le agarré más fuerte las muñecas mientras ella entraba en estado de posesión. Empezó a bufar, a hinchar todas las venas de su cara, y a agitar las muñecas para soltarse. Era difícil sujetarla. Todo era rollo camisa de fuerza. En el fragor de la batalla caímos al suelo desde la cama. Afortunadamente aterricé sobre ella. Desgraciadamente noté mis huevos estrujados entre sus dedos. Se había liberado otra vez. Aún no sé muy bien cómo, pero rabiando de dolor conseguí que soltara las bolas chinas. El hecho es que volví a cogerle las muñecas y apretarlas contra su cuello.
Los amigos estaba de rodillas rodeándonos. Le decían, ¡C por favor, tranquilizate! y cosas por el estilo. Ella seguía con la posesión y era jodido tenerla bloqueada. Yo no quería darle un puñetazo (que quizás habría sido lo más efectivo), pero sí que deseaba que aquello acabara cuanto antes y sin que me diera más hostias. Así que puse mi rodilla derecha también presionando su cuello. Ella casi no podía respirar. Yo le dije por décima vez, "si te suelto ¿te vas a estar quieta?" Con el poco aire que le quedaba hizo un gesto afimativo con los ojos. Total que la solté y se fue corriendo a otro cuarto. Todos estábamos asombrados. Varios se fueron a hablar con ella y el resto nos quedamos comentando.
A la media hora vuelve a pedir perdón. Aún con lágrimas en los ojos viene a contarme una batalla que ya ni recuerdo. Que si se le fue la pinza, que si patatín y patatán. Entonces le digo que está como una cabra y que me ha hecho mucho daño en las pelotas. En ese momento noto su mano en mi muslo, y me dice "¡Cómo le voy a hacer daño ahí al que va a ser el padre de mis hijos!" No había terminado de decir la frase cuando noté 5 uñas clavándose como chinchetas cerca de mi ingle apenas protegida por un fino pijamilla. Con las manos abiertas le empujé en los hombros y cayó de espaldas desde la cama. Se dio un buen bacalao y desaparació de nuevo. Desde entonces jamás volví a cruzar palabra con ella. Sólo sé que un par de años después se casó con un legionario en Almería.

14 comentarios:

Pecosa dijo...

Pues muy mal encaminad@s no íbamos... Se veía venir que habría leches...

¿Con un leionario? Ains :S

chuikov dijo...

habia dado muchas pistas.

Pecosa dijo...

Por eso lo digo, ¡jajajaj! ¡Además! Hay gente que lo dijo antes de tus pistas ;)

De todas formas, la cosa estaba clara: o era sexo, o violencia.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Ay, madre, que me acuerdo yo bien de ese trocito de cara que salía por debajo de tu rodilla en esos momentos, una mujer desatada lanzando bufidos cual pequinés enloquecido. Qué loca, por dios. Eso sí, suya es una frase que algunos de los que la conocimos utilizamos a menudo: "Cada vez entiendo menos de las relaciones humanas...". Claro, ella menos que nadie, eso seguro.

Tessi dijo...

¡¡¡La leche que tia!!!! ¡Está zumbada pero de verdad!

Yo después de leer el porqué la botó de casa el amigo y que era bulímica, me esperaba algo más asquerosillo...pero casi que prefiero este final:P

chuikov dijo...

gracias por ser notario. sólo recordaba su vena violenta y no la filosófica, jejej

Música dijo...

q va a entender esa mujer x diooo!, vaya regalito de niña...
Chuikov yo te despertaría con caricias, no te preocupes, y dejé el baloncesto por la natación...

Ouhhyeah dijo...

Vaya, está claro que te tiras un par de meses desconectada y te pierdes las historias mas interesantes.... ole ole!!

Anónimo dijo...

Dios... miedo de chica!!!! y que paciencia la tuya..

Anónimo dijo...

Coño, no quiero pensar cómo tendrá los huevos la cabra de la Legión. Menos mal que lleva faldica.

chuikov dijo...

sí que era pesada, sí. no es que me amargara la carrera, pero sí que fue una historia bastante desagradable(es que fueron 4 añitos!!) y como uno es paciente y educado (en aquella época mucho más, ahora no me hubiera pasado) no le paré los pies en su momento. yo soy de los que piensa a menudo: "yo creo que lo habrá pillado, no?" pero con ella debía haber sido de los de: "vete a tomar por culo y déjame en paz de una puta vez, pesada"

Alice dijo...

Ves? el rollo gore no iba desencaminado: baloncesto= jugó con tus pelotas
Bulímica= casi que las muerde y las vomita.
Cochino, sí, pero tenía que ver con la historia, jejejje.
Pobrecita.

Pi dijo...

(Vaya, alice era yo, que no cerré sesión)

Mery Fence dijo...

No se veía un giro tan inesperado y sorprendente en una historia desde "El sexto sentido".