jueves, 30 de julio de 2009

El libro de la joven I

Acaba de caer en mis manos un libro espectacular. He empezado a ojearlo y creo que no va a tener desperdicio. Está editado en Francia en 1961. Dice cosas del tipo:"

"No cabe duda de que los dos esposos deben vigilar su amor y hacerse concesiones. Pero la mujer está menos absorbida por las preocupaciones exteriores y su finura natural (jajaja, la de algunas) la designa naturlamante para prevenir o curar todo daño infligido a la buena marcha del matrimonio. No lo dudéis, en un matrimonio normal, siempre será la mujer la que tenga que hacer más concesiones. Y eso no tiene nada de humillante, mas bien, es una prueba de generosidad y energía. Queridas amigas, para conservar el amor en vuestro hogar debéis ser agradables, afectuosas y demostrando vuestra ternura. (en esto estoy de acuerdo siempre, no como medio sino como fin). En su casa la esposa es la reina que manda sin que nadie la contradiga, mientras que su marido, por pasar todo el dia trabajando fuera, debe soportar, aceptar y acomodarse a las exigencias de superiores o clientes. Para él ninguna tarea es facil, ya que las relaciones entre hombres son rudas, con algo de envidia y maldad, y a veces con mucha injusticia. Cuando el esposo vuelve a su casa por fin es el amo, pero eso le da igual. Le interesa más encontrar el consuelo de un palabra tierna, de un corazón perspicaz. Para agradarle no dudéis en regalarle una coquetería simpática (¿cómo es eso?). No olvidéis que una mujer jamás ha terminado de conquistar a su marido. Haced también pequeños sacrificios de vuestro amor propio (¿se referirá al sexo sin ganas?), aceptando de grado el ceder, al menos en lo poco importante. En algunas circunstancias en las que el juicio femenino podría ser más seguro que el masculino, por ejemplo en la salud y educación de los niños, procuraréis que vuestro criterio prevalezca pero con tacto, sin que así lo parezca (esto es heavy heavy, que no se note que mandan las mujeres). Que vuestro marido tenga la impresión de que es él quien lo ha querido así. ¡Sois bastante listas para eso! Ahhh, ¡y procurad ser buenas cocineras!... Es algo muy importante. (en esto último estoy de acuerdo, mola estar con alguien que sabe cocinar, igual que dar masajes y otras virtudes.)"

15 comentarios:

Midori dijo...
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Pi dijo...

Que qué suerte si encuentras a esa mujer tan perfecta.

Pecosa dijo...

Súper instructivo, el libro. Esas son mis metas de toda la vida: aprender a concinar, a hacerle masajes a mi marido cuando llegue de trabajar, al sexo sin ganas... No sé como el autor se atreve a decir que procuremos usar el criterio sutilmente, si no tenemos criterio.

Anónimo dijo...

que fuerte me parece!!! que digas que ese libro no tiene desperdicio...

Mica dijo...

El librito en sí me parece un poco obsoleto, porque da por sentado que la mujer se queda en casa y el marido es el que "gana los cuartos". Así que como hoy en día ambos trabajan, deberían aplicarse sus teorías para ambos. Pero como parece por la autora que las mujeres somos amebas unineuronales con pequeñas ráfagas de inteligencia a lo mejor me estoy equivocando....

Mery Fence dijo...

No te vayas a Francia para leer estas cosas. Aquí mismo teníamos a la simpar Pili primo de Rivera que entre muchos consejos que daba a la "sección femenina", aconsejaba a las mujeres que si descubrían que sus maridos les eran infieles, llorasen amargamente a solas para demostrarse a sí mismas lo que amaban a sus maridos, pero que luego corriesen a lavarse la cara y a pintarse para que nadie lo notase.
Obviamente, pilar primo de rivera nunca se casó.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Si este libro estuviera editado en España, además pondría lo de recibir a tu marido en la puerta. Luego quitarle los zapatos y ponerle las zapatillas mientras él se toma una copita de Soberano y se fuma un buen purito. Luego ella tendría que ir corriendo a tomarse la aspirina, no vaya a ser que el tío tenga ganas de sexo y se lleve una hostia en los dientes por decir que le duele la cabeza.

Y coincido con Mary Fence, La de Primo de Rivera parecía monja-món.

Música dijo...

que bien poder leer todo esto y poder elegir, vivimos en una época en la que aún mucha gente no se ha dado cuenta que se puede elegir, y que si amas a alguien y te apetece cocinarle, darle un masaje, mimarle...pués lo haces, claro está, esto es como todo, si te dicen que "así debe ser" como que no. Todo esto es perverso pq por solo ver lo malo nos perdemos muchas cosas. A mí me gusta hacer las cosas cuando quiero y pq me nacen, nadie me puede obligar claro está, yo pertenezco a otra época y agradezco a donde se ha llegado e intento no me afecten enfados de otros tiempos pq si no no se avanza oiga!.
Y que me gusta a mí que me abran la puerta del coche, q me dejen pasar primero,...., sin problema mientras por hacer el mismo trabajo ganemos lo mismo.
Leer estas cosas es como la historia, hay que mirar atrás para no olvidar pero sobre todo para agradecer y no enfadarnos, que ya está bien con tanto enfado

Pecosa dijo...

¡¡Sííííí!! ¡Mola que a una le abran la puerta del coche, y la dejen pasar primero! ¡Vivan los caballeros!

Mica dijo...

Mientras no lo hagan para poder verte mejor el trasero...

Anónimo dijo...

Personalmente, creo que ni una cosa ni otra, ni un caballero machista ni un machista caballero... porque estoy completamente segur@ que toda persona que es un caballero solo es de cara a la galeria y en la intimidad es un machista...

Pecosa dijo...

Caballero machista... machista caballero... Tanto monta, monta tanto.

Que lástima que estés completamente segur@, quizás esa seguridad sea la que no te deje ver que hay hombres (porqué haberlos, haylos) atentos sin necesidad de que eso, en la intimidad, suponga falta de respeto alguna hacia una mujer. ¡Oupen your main!

Música dijo...

open open!!! y no a la @!!!

ulises dijo...

No es extraño por el año de edición, sí por el país.
Y pensar que por aquella época se pasaba la frontera para ver erotismo.