Había un entrenador argentino en el Sevilla que se hizo famoso por su antideportividad. Abroncó a su masajista cuando atendió a un contrario. Le dijo: “Al enemigo ni agua. Písalo, al enemigo písalo”. Casualmente había una cámara tras el banquillo y grabó todo.
Este “písalo, písalo” fue un cántico bastante recurrente en los campos de primera división. Cuando un rival se retorcía de dolor tras una patada, se escuchaba en el estadio “pí-sa-lo, pí-sa-lo”. Este cántico tan agradable y amistoso también se escuchó en un partido internacional de UEFA que enfrentaba al Zaragoza contra un equipo inglés. Los hooligans provocaron incidentes y la policía cargó contra ellos y comenzó a repartir palos al son del “písalo, písalo” coreado por miles de aficionados. Al día siguiente se podía leer algo similar a esto en un diario inglés: “La afición del Zaragoza demostró su saber estar y su educación. Mientras nuestros aficionados se comportaban como animales y nos avergonzaban, los españoles no paraban de gritar paz y amor (“peace and love peace and love).
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3 comentarios:
¡Juaaaaa! ¿Ves lo que pasa por centralizar todo con el inglés? "Hay que saber inglés, hay que saber inglés". Sí, sí, pero a ellos haber sabido español no les habría venido mal... Ahora, que los maños quedaron como unos reyes. Es lo que hay.
Buenísimo, como siempre, Vamos que además de una falta de entendimiento por el idioma también del lenguaje gestual, porque no creo que gesticulemos de la misma manera al decir paz y amor que pí-sa-lo.
jajajjaaaaaaaaaaaaajjajajjajajaja de las mejores anécdotas que he leído. Buenísimo.
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