Reflexión

Imaginemos la siguiente historia.

Una famosa tenista multimillonaria se casa con un chico normal y corriente. Tras unos años de matrimonio la cosa se enfría y ella comienza a serle infiel (quizás él también lo era). Él descubre mensajes de varios amantes en su móvil. La espera en casa, coge una raqueta y le destroza la cara con ella. Ella no lo denuncia por vergüenza. A pesar de todo, la noticia trasciende y le afecta a sus contratos publicitarios. Recibir una paliza y quedar como una puta le va a costar mucho dinero. En los medios de comunicación su imagen no es la de una mujer maltratada sino la de una zorra que ha humillado a su marido. A pesar de todo, ella afirma que quiere salvar su matrimonio. En esos mismos medios él queda como una pobre víctima despechada y resentida. El mensaje es: "se ha pasado de la ralla pero el pobre estaba siendo humillado". Nadie se pregunta si él era una mierda de persona y por eso ella busca fuera lo que no le dan en casa.

Él se niega a salvar el matrimonio. Se queda con la casa, la custodia de los niños y exige la mitad de la pasta que la tenista ha ganado con su trabajo (a pesar de que él tiene dos manitas para trabajar y ganarse la vida en su profesión). Se trata de decenas de millones de euros que él jamás ganaría en varias vidas. Por supuesto, ni va a la cárcel y ni siquiera se le impone una orden de alejamiento.

Entre los amigos, en las radios y en el autobus en lugar de escuchar frases como: "pobrecilla, le han partido la cara" o, "que no vuelva con él, seguro que la golpea otra vez" o "qué salvaje, la infidelidad no merece una reacción tan violenta" se escuchan frases del tipo: "claro, le está bien merecido por follarse a tantos", o "no está bien lo que ha hecho, pero cómo debería estar de humillado para reaccionar así".Por si fuera poco, un antiguo amante se va a forrar vendiendo un vídeo sexual de ella que aparecerá en todas las teles...
Parece injusto, ¿no?

Esta historia ficticia es lo que le ha ocurrido a Tiger Woods.

Por ser infiel le han partido la cara y los dientes (le tienen que operar para repararle los daños) Se ha tenido que ir de casa. Ha perdido contratos millonarios de publicidad.
La agresora se ha quedado con los niños, con la casa, no está en la cárcel, ni con orden de alejamiento, y además le ha exigido 300 millones de dolares (supongo que debe ser algo así como "indemnización de cornamenta"). Ella ha quedado como una mujer humillada con una reacción violenta. Él, como un golfo.

Y aunque se pueda discrepar y sea genial que haya opiniones diversas, me parece increíble no haber escuchado a nadie en los medios de comunicación decir que la verdadera víctima de esta historia es Tiger.