jueves, 28 de enero de 2010

Nos falta marketing histórico

Los ingleses siempre han sabido rentabilizar sus hazañas. Ya sea por orgullo nacional o por la Royal Geographical Society, sus viajeros y descubridores siempre alcanzaron la fama. Hasta un perdedor como Scott es un mito a pesar de que intentó conquistar el polo con más fe que inteligencia.
Los españoles hemos sido muchísimo más descuidados en este asunto. En nuestra historia hay hazañas y personajes complétamente olvidados y que no han merecido ni un triste documental. Algunos ejemplos:

1. Pedro Páez. En 1607 descubrió las fuentes del Nilo Azul. No, no fueron los ingleses. Fue un jesuita español que sólo ha adquirido algo de notoriedad tras el libro de Javier Reverte "Los caminos perdidos de África"

2. Alvaro de Mendaña, que descubrió la mitad de las islas polinesias que luego fueron francesas y británicas

3. Luis Váez de Torres fue el primer occidental que descubrió lo que ahora es Australia y la bautizó con el castizo nombre de Austrialia del Espíritu Santo. El problema es que llevaba prisa y no dejó allí a algunos hombres. De hacerlo, quizás ahora en Sidney hablarían castellano y se apellidarían Fernández.

4. La historia más impresionante de una hazaña olvidada es la llamada "Guerra de la oreja de Jenkins". Esto ocurrió en Cartagena de Indias en 1741. Los ingleses contaban con 27.000 hombres, 186 barcos y 2.000 cañones. El almirante Blas de Lezo sólo tenía 6 barcos y 2.800 hombres. Pues aunque parezca increíble... ganó el español (oe oe oe oe). Fue tal la vergüenza inglesa que el rey Jorge II prohibió relatar y archivar cualquier referencia a la derrota. Y como nosotros tampoco eramos de contar nuestras victorias... Menos mal que ahora está la wikipedia.

Por cierto, el nombre de la batalla es porque los españoles apresaron a un pirata inglés llamado Jenkins. El capitán del barco, un tal Julio López Fandiño (que debía ser fino) le arrancó una oreja y le dijo textualmente: «Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve.» Algo así como "ahora vas y lo cascas, y si el rey tiene cojones que venga por aquí a hablar conmigo". Pues se ve que Jenkis fue obediente, volvió a Inglaterra y compareció ante la Cámara de los Lores con su oreja en la mano.

7 comentarios:

Mery Fence dijo...

Tienes toda la razón del mundo. A mi me da la impresión de que a pesar de nuestra historia y de todo lo que hemos significado para ella, estamos un poco menospreciados. Eso sí, para el mal no veas cómo corren a echarnos las culpas de todo.

Unknown dijo...

Y pensar que sólo nos acordamos de las derrotas aplastantes (Armada Invencible) y cosas tan negras como la Inquisión Española y lo cerda que era Isabel la Católica (que nunca se bañaba).

Música dijo...

si es que somos muy toreros nosotros, cortando orejas, a más de uno habría que cortarle otra cosa y no precisamente por hacer buenas faenas conquistando

Pecosa dijo...

Sí que nos falta marketing histórico, sí... La primera ignorante una servidora, qué pena...

¿¿Te imaginas a Hugh-tío bueno Jackman en versión española? Se llamaría Paco Ruiz, seguramente...

ulises dijo...

El otro día escuchaba un podcast de Richard Vaughan y decía lo mismo, los españoles no sabéis venderos. Yo creo que el problema español es que tenemos una historia tal variada y amplia que ni nosotros mismos queremos aprenderla. ¿Acaso hay algún país del mundo donde haya habido tantos reinos, culturas, razas, guerras, conquistas y descubrimientos como este?

chuikov dijo...

yo creo que uno de los problemas es que tras la gloria llegaron dos o 3 siglos de crisis total...

Myrddyn dijo...

Pues mejor para recordar lo anterior. Mira los griegos, que llevan dos mil años en crisis y presumiendo de sus buenos tiempos.
Aquí no es que no sepamos vendernos fuera (ingleses y franceses recuerdan bien nuestras miserias, esas no hace falta venderlas), es que las hazañas ni siquiera se conocen en casa.