domingo, 8 de noviembre de 2009

Los conceptos.

No entiendo ni de pintura ni de escultura. Soy un ignorante. Hay cosas que me gustan y otras no, y no tengo criterio para reconocer las obras maestras. Como no sé, no me atrevo a decir si un autor es muy bueno o muy malo. Lo mismo me pasa por ejemplo con las pelis de Tarkovski. Muchos entendidos dicen que son increíbles poemas visuales. A mí, me parecen simplemente bastante coñazo. No dudo de que sean maravillosas, el problema quizás sea mío y no sepa apreciarlas por falta de sensibilidad, de cultura, etc... Pero con el siguiente artista si que puedo decirlo: su obra es una mierda.

El otro día fui a una exposición de un tal Thomas Hirschhorn. El tipo hace composiciones con maniquíes. Algunos de ellos tienen un gran agujero en el tronco por el que se escapa una especie de vísceras enormes y rojas (creo que están hechas con la espuma esta aislante que se usa en tejados y ventanas). Debajo de los maniquíes hay fotos de personas muertas y con terribles mutilaciones. Tipos sangrando, brazos cortados, decapitados. Son fotos reales. Todo bastante agradable.




Al volver a casa busqué información sobre el artista y en una entrevista en El Mundo intentaba explicar su obra y decía: "Los maniquíes son una forma sin cabeza de mi prójimo, una forma que doy al otro fuera de mí mismo. Un maniquí representa la distancia más pequeña entre el yo y la imagen del otro".

Bien, esto que no consigo entender es lo que decía en El Mundo. Ya sabemos qué representan sus maniquíes y por qué son importantes para él. Pues casualmente en El País los maniquíes son otra cosa: "Son figuras que representan la sociedad de consumo pero que también están ligadas al arte a través del dadaismo o el surrealismo. Los maniquíes se reconocen, están vivos, son esculturas en sí mismas, están cerca nuestro y a la vez lejos. Te permiten hacer de todo, y representan de manera excepcional el miedo al vacío"


Estoy convencido que si La Vanguardia le hace otra entrevista dirá que los maniquíes son una representación de Dios en la tierra y recogen todo el miedo que la humanidad ha tenido a pecar.


Imaginemos que su próxima performance es un montón de truños pinchados en palillos de hacer pinchitos y le entrevista El País. El tío podría decir lo mismo que antes sólo que sustituyendo truños por maniquíes. Le quedaría igual de genial: "los truños son figuras de la sociedad de consumo pero que también están ligados al arte a través del dadaísmo o el surrealismo (...) Los truños te permiten hacer de todo y representan de manera excepcional el miedo al vacío"


Vamos a ver Thomas, cariño mío. Si para explicar tu obra tienes que tirar de conceptos y frases tan vacías y crípticas como la de arriba, cada vez tengo más claro que tu obra es una mierda. Me da la sensación de que serías más sincero si dijeras en la prensa algo así como: "me estoy quedando con vosotros y además me forro".


La cosa es que no es el único. En otra exposición a la que he ido esta semana vi el siguiente cuadro sin nombre. No se aprecia bien porque la hice con el móvil, pero juro que era un lienzo con gotelet. No había ni diferentes tonos de color, ni nada. Un trozo de gotelet como el de las paredes. La casa de mi madre entonces es una obra de arte.



































3 comentarios:

Pecosa dijo...

A mí el arte contemporáneo me suele gustar. Ojo, que soy una ignorante, pero aún sin entender me gusta. Eso sí, siempre y cuando no sea una ida (total) de olla. Es fácil hacer cualquier mierda y decir: es arte contemporáneo. La cosa es no caer precisamente en eso.

(Qué guapo, oye, el cuadro de las tetonas)

Música dijo...

Algunas cosas son curiosas del arte comtemporáneo, pero la mayoría son mamarrachadas, la peña tiene un morro q se lo pisa y como diría mi abuela: muy poca verguenza.
Antes iba todas las semanas al CAC de Málaga (Centro Arte Contemporáneo) pero han disminuído mis visitas.

Mery Fence dijo...

El arte contemporáneo me parece una cosa que no voy a decir poque puedo ofender a algunas personas. Personalmente me encanta el arte, pero a mi que me vengan diciendo que algunas "cosas" del Museo de arte contemporáneo Reina Sofía son arte, pues...y ahora que recuerdo, el año pasado se hizo famosa una lumbrera de Yale, Aliza noséqué (cum laude en arte) que se inseminó y abortó 9 veces y con la sangre o no sé qué movida, hizo una cosa artística. Y qué me decís del tío ése que enlataba su propia mierda y vendía cada lata a 20.000 dólares. Por favor...todos de cabeza a la lopez ibor.